El pasado viernes 10 de febrero celebramos en nuestro colegio el Día Mundial contra el Hambre. El Papa Francisco nos anima a cada uno de nosotros a brindar una aportación a esta noble causa, empezando por nuestra vida cotidiana y los gestos más sencillos.
Nos señala que educar en la solidaridad significa educarnos en la humanidad. Apoyar y proteger a la familia para que eduque a la solidaridad y al respeto es un paso decisivo para caminar hacia una sociedad más equitativa y humana.
Nuestro colegio ha querido ser parte activa en la rehabilitación de las sociedades heridas. A través de la acción del bocadillo solidario, estamos ante la gran oportunidad de manifestar nuestra esencia fraterna, con una actitud solidaria y atenta, una actitud de proximidad del buen samaritano, siendo conscientes de que todos somos hijos de un mismo Dios.